A veces por más incoherente que suene no somos capaces de soltar lo que impide que avancemos. La vida esta llena de incertidumbre y tal vez sea esa la razón por la que nos aferramos a personas, lugares, recuerdos y actitudes que nos ofrecen seguridad -aunque no sea siempre algo bueno-. En pocas palabras, nos cuesta un montón atrevernos.
Atreverse es tener el valor y la decisión suficiente para algo que en principio provoca riesgo o al menos inseguridad y miedo. Porque preferimos -la mayor parte del tiempo- vivir en una zona de confort, un espacio donde nos sentimos seguros porque lo conocemos. Puede que no siempre nos sintamos cómodos ahí pero al menos estamos acostumbrados a esa cotidianidad. El gran problema es que no siempre nos llena, y que tiende a convertirse en tedio y aburrimiento, porque en el fondo a ninguno nos gusta la rutina, y siempre queremos cambios y cosas nuevas. Así que si uno quiere algo tiene que levantarse, dar un paso y salir de ese circulo vicioso. Obvio, eso suena muy fácil, y la verdad confieso que es de las cosas que más me cuestan. Porque creanme yo no me atrevo ni siquiera a participar en clase -calculen-. Sin embargo, últimamente confirmo y re confirmo que aunque no tenemos ni idea qué nos depara el futuro o si nuestras decisiones tendrán buenos o malos resultados pesa más la duda y la incertidumbre. No nos atrevemos porque nos cagamos del miedo, y ese es el mayor impedimento de casi TODO en la vida. Pero también se, que de las veces que me he atrevido he aprendido un montón. No todo ha sido color de rosa, pero al menos ha sido de algún color, y aunque a veces me he dado durísimo en la cabeza otras sencillamente me río por el tsunami que hice en un vaso de agua.
Se que es muy difícil aplicarlo, de hecho yo más que nadie debería hacerlo. Salir de la zona de confort, atreverse a hacerlo, no implica tirarse al vacío sin siquiera mirar para donde se va. Sino que primero se puede tantear el terreno, echarle una mirada, dar de a un paso. Y lo único seguro es que cuando estemos ahí, nos vamos a sentir demasiado incomodos, pero es sólo porque no estamos acostumbrados. No les voy a decir que un pequeño paso va a cambiar el mundo -la verdad no lo creo- pero al menos algo va a cambiar y eso de por si traerá experiencias nuevas. No tengo un manual para lograr atreverse, ni la seguridad de que todo vaya a salir bien, solamente la convicción de que los sueños se materializan cuando uno avanza y deja de anclarse en la costumbre y la pereza.